JOSÉ JAVIER COMAS RODRÍGUEZ
Pasaban las 18 horas de la tarde del domingo 10 de noviembre. La cruz de guía de la Virgen del Amparo hacía acto de presencia en la Calle Cristo del Calvario tras realizar su salida desde la parroquia de la Magdalena. Mucho público congregado junto al cortejo de la corporación de gloria. Todo parecía normal hasta el momento. Decimos parecía.
Lionel Messi, jugador del F.C. Barcelona, contempla el paso de la Virgen del Amparo desde el Hotel Colón
En el tramo final de la calle, los flashes y cámaras se agolparían de forma insistente sobre la escena. Todos querían captar el momento: El autobús del F.C. Barcelona permanecería aparcado junto al Hotel Colón, lugar de hospedaje común del equipo blaugurana en sus concentraciones sevillanas. Al paso de la cofradía por el lugar, algunos jugadores asomarían sus rostros curiosos desde los ventanales de las habitaciones. Hecho que provocaría la reacción inmediata de los asistentes en el preciso momento que la imagen mariana cruzaba en paralelo ante el autocar catalan: ¡Xavi! ¡Messi! Eran alguno de los gritos emitidos desde a pie de calle. Al instante, dichos jugadores esconderían sus rostros para observar la escena desde los propios visillos de las ventanas.
Cecop
Así sería la situación vivida a la salida de una de las glorias más esperadas de todo el año. Un autobús a la espera de partir al estadio Benito Villamarín para disputar, a las 21 horas, su partido correspondiente de liga ante el Real Betis Balompié.
Con todo ello, el hecho, cuanto menos curioso, no deja de resultar llamativo sin contar con el gran número de público que esperaba a las puertas del prestigioso Hotel del Casco Histórico de la ciudad para ver a las grandes estrellas.
Desde la propia hermandad se asegura que, alrededor de las 16 horas, se recibe una llamada del delegado del Domingo de Ramos del Consejo General de Hermandades y Cofradías y representante de dicha entidad en el CECOP; Francisco Vélez, advirtiendo de la situación resultante. Donde el autobús de la plantilla culé abandonaría las instalaciones hoteleras alrededor de las 19 horas en busca del estadio de Heliópolis, rodedado de un gran número de público y con escaso margen de maniobra y tiempo frente a la procesión de gloria prevista en el mismo entorno.
Desde la hermandad también se comenta que “dada la situación prevista, tuvimos que aligerar el ritmo de la cofradía para poner el paso de la Virgen en la Calle Bailén entradas las 19 horas y evitar todo tipo encuentros”.
Finalmente, la Banda de Música de las Cigarreras interpretaría al paso de las andas la marcha Estrella Sublime. Un suceso que provocaría momentos inéditos y una estampa histórica, donde la Virgen del Amparo sería contemplada por algunos de los mejores jugadores de fútbol del mundo y dejaría fotografías que quedarán guardadas en los anales. Sonidos de Manuel López Farfán que harían bromear la dedicatoria de la pieza musical a las grandes estrellas del F. C. Barcelona.
Una tarde de domingo de gloria, con fútbol y cofradías de primer nivel (ambas) cogidas de la mano, pero la verdad queda dicha y es que al Barça se le apareció la Virgen.
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