Los cofrades malagueños quedaron encantados con la participación del presidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrelier, en las Jornadas Cofrades de verano que organiza la Fundación Universitaria Española.Bourrelier se encontraba relajado, hablando sin tapujos por todo aquello que le preguntaban y, durante su intervención, se escucharon algunos titulares propios de la mejor entrevista. Con el desliz por el asunto del Resucitado, en líneas generales sirvió para conocer las preocupaciones y el pensamiento de un presidente que habla desde la sinceridad, aunque eso, a veces, le pueda ocasionar algún dolor de cabeza.

1. Principal problema de las hermandades

“La Semana Santa y las cofradías se están convirtiendo en una afición sin Dios. Estamos mas metidos en el tema costaleril o de las bandas, que es lo que realmente es el fondo, una procesión de penitencia”.

2. Relación con el Arzobispo

(Risas) “Progresa adecuadamente. Es buena. Entendemos que es un hombre castellano, si en un momento determinado te pregunta, ¿por qué sale un crucificado el Domingo de Ramos?.. ahí ya no podemos… La entrada en Sevilla no fue todo lo afortunada pero por culpa de los cofrades porque tenemos mucha guasa”.

3. La ambición por el poder

Un hermano mayor “debiera tener como único motivo el servicio a la hermandad y a sus hermanos y se conufnde con la promocion personal y social”. En los procesos electorales se habla más “de decisiones políticas, económicas o administrativa” que de la propia cofradía. “En estos procesos parece perderse el signo cristianos que nos debe identificar”.

4. Museo de la Semana Santa

“Me gustaría tener un sitio donde poder hacer una exposición permanente de las hermandades, poder presentar a los sevillanos los estrenos de cada año y hacer un museo que le vendría muy al Consejo y a las hermandades para sus obras sociales y meterlo dentro del circuito de la ciudad. De vez en cuando me despierto y veo que no. Aquí - por Málaga - el Ayuntamiento da terrenos y allí nos lo piden”.

5. El Resucitado

Yo creo que fue un ‘encabezonamiento’ (sic) de querer meterlo el Sábado Santo. Somos algunos partidarios de que fuera así y otros que no. Y las hermandades del Sábado decían que ni hablar, y como, en definitiva, esas cosas las decide la Asamblea…”.